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El Campi Flegrei de Italia no se parece en nada a un volcán promedio. No es una montaña, sino una caldera en forma de cuenco de ocho millas de ancho centrada en el Golfo de Pozzuoli, en las afueras de Nápoles. La boca no sumergida del volcán alberga a más de 360.000 personas y, en total, 2,3 millones de personas viven en ella o sus alrededores.

Aunque bajo constante vigilancia, el inmenso cuenco volcánico despertó la curiosidad de los vulcanólogos este verano cuando comenzó a convulsionarse y temblar más de lo habitual. Real Sex Doll

Campi Flegrei se ha ido inflando gradualmente desde 2005. Pero en agosto, según un aviso del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV) de Italia, la actividad sísmica del volcán se volvió más frecuente e intensa. Luego, el 27 de septiembre, un temblor de magnitud 4,2, el terremoto más poderoso en casi 40 años, sacudió la caldera.Tiny Sex Doll

La actividad ha generado preocupación pública de que pueda estar en camino una erupción, la primera en cinco siglos. Y la amenaza de terremotos más intensos ha llevado al gobierno italiano a trabajar de forma preventiva en planes para evacuar a decenas de miles de personas.

Pronosticar el futuro a corto plazo de Campi Flegrei está plagado de dificultades. Sin erupciones modernas que se puedan comparar con los disturbios actuales, los vulcanólogos no saben exactamente cómo se comporta la caldera antes de una explosión. Pero basándose en décadas de observaciones científicas aquí y en otras calderas de todo el mundo, los investigadores no creen que una erupción sea inminente. Torso Sex Doll

"No vemos ningún tipo de anomalía preeruptiva, ningún tipo de anomalía que indique que el magma está subiendo", afirma Warner Marzocchi, geofísico e investigador de peligros naturales de la Universidad Federico II de Nápoles.

Aún así, dicen los científicos, una erupción en Campi Flegrei es inevitable, incluso si el momento de ese día previsto no está claro.

"Cualquier tipo de erupción sería terrible para la región", afirma Mike Cassidy, vulcanólogo de la Universidad de Birmingham en Inglaterra. “El riesgo de una erupción es bajo, pero no nulo. El riesgo de una gran erupción tampoco es cero. Creo que es importante incluir eso en esta discusión”.