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Para las tortugas marinas, hay pocos hábitats más perfectos que las frescas aguas del Pacífico alrededor del verde atolón Enewetak, Sex Toy Shemale Sex Doll a medio camino entre Australia y Hawaii.

Perfecto, claro está, excepto por la radiación que lo impregna. Después de capturar el atolón durante la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos probó armas nucleares allí 43 veces y luego enterró los desechos radiactivos resultantes en una tumba de concreto que desde entonces comenzó a tener fugas.

Ahora los científicos han descubierto la firma nuclear de los desechos en los caparazones de las tortugas marinas que viven en las aguas circundantes, lo que convierte a las tortugas en una serie de animales afectados por la contaminación nuclear global.

Desde los océanos tropicales hasta los bosques de Alemania y las montañas de Japón, la radiación de los ensayos y desastres nucleares está apareciendo en la fauna de todo el mundo. Si bien la radiación de estos animales generalmente no amenaza a los humanos, son un testimonio del legado nuclear de la humanidad.

"Es una advertencia", dice Georg Steinhauser, Sex Pictures With Sex Doll

radioquímico de la Universidad Tecnológica de Viena y experto en radiactividad animal. "La naturaleza no olvida."

Tortugas marinas del atolón Enewetak

Gran parte de la contaminación radiactiva del mundo proviene de pruebas realizadas por potencias mundiales que compiten por desarrollar armas poderosas durante el siglo XX. Estados Unidos probó armas nucleares entre 1948 y 1958 en el atolón de Enewetak.

En 1977, Estados Unidos comenzó a limpiar el atolón de desechos radiactivos, la mayor parte de los cuales están enterrados en concreto en una de las islas. Los investigadores del estudio sobre las firmas nucleares de las tortugas especulan que la limpieza alteró los sedimentos contaminados que se habían asentado en la laguna del atolón. Creen que las tortugas tragaron este sedimento mientras nadaban, o que afectó las algas que constituyen gran parte de la dieta de las tortugas marinas.

La tortuga marina estudiada en el artículo fue encontrada apenas un año después de que comenzara la limpieza. Los rastros de radiación en esos sedimentos llegaron al caparazón de la tortuga en capas que los científicos pudieron medir, dice Cyler Conrad, investigador del Laboratorio Nacional del Noroeste del Pacífico que dirigió el estudio.

Conrad comparó a las tortugas con "anillos de árboles que nadan", muñecas sexuales de silicona

usando sus caparazones para medir la radiación de la misma manera que los anillos en el tronco de un árbol registran su edad.

"No apreciaba plenamente cuán extendidas están esas señales nucleares en el medio ambiente", dice Conrad, quien también estudió tortugas con signos de radiación relacionada con los humanos en el desierto de Mohave, el río Savannah en Carolina del Sur y la reserva Oak Ridge. en Tennesse. "Tantas tortugas diferentes en tantos sitios diferentes fueron moldeadas por la actividad nuclear que ocurrió en esos lugares".